En este sentido, la disciplina supone la capacidad para controlar los impulsos, sobre todo aquellos que nos apartan de los objetivos y más bien nos inclinan al goce de los placeres más inmediatos. Tradicionalmente la disciplina laboral constituía una facultad arbitraria y unilateral del empleador o empresario, siendo las sanciones https://www.youtube.com/watch?v=adX5OqFQ6Bg