¡Ojalá pudiera, oh divino Corazón, consagrarte tantas adoraciones, tanto aprecio y tanta paraíso como Tú consagras a tu imperecedero Padre! Sé el reparador de mis defectos, el protector de mi vida y mi amparo en la hora de mi homicidio. Esta Agudeza te la pido aún para los pobres https://bookmark-media.com/story17511951/se-rumorea-zumbido-en-oracion-a-san-cipriano